martes, 24 de enero de 2012

Historias (Anexos)

Pecado predilecto.

Samael, Veneno de Dios. Eso es lo que este nombre significa. Apuesto Angel que encarnaba la severidad del todo poderoso, virtuoso y dueño de una belleza que cegaba a quien se atreviese a verla. Portador de la espada, la lanza y el martillo que representaban la justicia que su cargo en los cielos demandaba. Perfecto ser de luz, de bondad, de divinidad, únicamente sobrepasada por el mismo Altisimo.

Tal era su poderío y belleza en el cielo que los Angeles mas antiguos comentaban que poseía 12 alas, dos cubrían su rostro puesto que era tan hermoso que solo Dios era digno de observarla, 2 en cada pierna, una en cada brazo y finalmente dos para volar.
Lleno de dicha y poder, no habría nada que Samael admirara y amara mas que a Dios, quien le había encargado la tarea de decidir a que seres humanos podría arrebatarles la mismísima vida. Era el Angel de la Muerte.

Sin embargo, había algo que el apuesto Angel compartía con los demás, esa era la facultad y libertad de decidir, Dios les había dado a cada uno de sus hijos lo que se conoce, como libre albedrío, cuyo significado es la facultad de tomar y elegir sus propias decisiones, tanto buenas como malas, cada Angel era conciente a la hora de ejecutar una acción o tomar un camino, a pesar del poder que su Padre les entregaba, dependía de la formación de cada cual seguir el camino del bien o del mal, por supuesto los Angeles conocían el precio de elegir el sendero fácil: El Exilio.

Al tener esta facultad era de esperarse que en el cielo, existían hipocresías, envidias, lujuria, vanidad y sobretodo Ambicion… Samael no era la excepción, con el pasar de los días, décadas, milenios quizá, el perfecto ángel empezaba a sentir deseos de superioridad, su blanco corazón se empezaba a manchar de negativos sentimientos, cada día mas grandes y mordaces.
Su poder aumentaba así como su vanidad y orgullo, hasta que llego el mismo día en que se dijo así mismo que podría ser superior a Dios si se lo proponía, estaba harto de seguir ordenes, de ejecutar acciones como si fuese un títere, se veía así mismo y a los demás; Cual era la diferencia? que hacia entre esa manada de ineptos? Por Que debía de rebajarse a llenar con su divina presencia a los demás? No… basta, el era Samael, el mas poderoso, ya ni siquiera el mismo Dios le hacia comparación, el era mejor y estaba decidido a demostrarlo, pero no podía hacerlo solo.

Con el pasar del tiempo su desesperación crecía, sabia también que hacer publico su secreto y planes seria automutilarse las alas, era un suicidio celestial, por lo que debía encontrar aliados, pero antes que pudiese mover un dedo fue que entonces Dios creo al hombre, pobló la tierra con aquello que llamaba "serés humanos" .

Su risa inundo los cielos, esto era una broma? celos? los seres humanos eran inteligentes, aun sin ser seres divinos como el, podían nombrar y crear cosas nunca antes vistas. Fue entonces que Samael, empezó a sentir curiosidad por la máxima creación de Dios: El Hombre.
Con otros alados, múltiples veces bajaron del cielo, haciendes pasar por hombres, por mortales. En presencia de humanos Samael empezo a sentir una ardiente lujuria y deseo por las hijas de los hombres, sumido en aquel placer carnal peco una y otra vez, aprovechandose de su belleza para tentar y ultrajar entre sus brazos a docenas de mujeres, ahora sus pecados no solo eran la vanidad, el orgullo, la ambición… no, ahora también lo eran la lujuria y el deseo. Cada acercamiento con los humanos hacia oscurecer mas su corazón, lo llenaba de sentimientos negativos, empujandolo a odiar al todo poderoso, estaba desesperado por hacer lo que le viniera en gana.
Tal era el peso de sus pecados que pronto Dios se dio cuenta de sus intenciones, de que aquel bello ángel, ya no era el ser puro al que le había entregado tan valiosas armas y belleza, desde los cielos observaba una y otra vez como Samael se entregaba a los deseos carnales característicos de los hombres. Que debía hacer Dios? a los ángeles malvados se les humanizaba y expulsaba del cielo, condenandolos a ser mortales seres humanos, pero Samael no era así, era cruel, despiadado, había asesinado, matado, violado, arrebatado vidas a infantes y por si fuera poco, planeaba atentar contra su propio creador.
A esa clase de Angel se le debía condenar a algo peor… vivir entre hombres seria su alivio, por lo que Dios decidió condenarlo a vivir bajo los pies de los hombres, bajo la tierra… El infierno. Esos Angeles, debían ser demonios.

Pronto llamaron a Samael a hacer acto de presencia, esa seria su ultima vez en el cielo, lo sabia así que con una sonrisa macabra, sin oponerse, permitió que el mismo Dios arrancara cada una de sus alas, 12 en total, en medio de la humillación que aquel acto suponía en frente de todos sus ex-aliados, su cuerpo fue expulsado del cielo, cayendo finalmente en la condena eterna de vivir en medio del fuego ardiente. Pero así como había caído entre las cenizas, con las mismas fuerzas e impulsado por la ambición y el rencor, se levanto, proclamandose el mismo el príncipe de los demonios, era el primero, condenado, exiliado y maldito.
Junto a el después se unieron tercera parte de los ángeles del cielo, conformando ahora una nueva legión. Una en la que el ahora era el todo poderoso, donde la única regla, era obedecerle

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